LOBBIES Y SU PODER DE INFLUENCIA


La palabra lobby proviene del inglés “Sala de estar”. A finales del Siglo XIX, llamaban lobbies a los salones situados antes de llegar al recinto de la Cámara de los Comunes en Inglaterra donde comerciantes y políticos conversaban con los diputados con el fin de obtener ciertos favores. De aquí vendría la significación de la actividad que se conoce actualmente como lobbying, aunque otras corrientes aseguran que sus orígenes fueron en Washington, aproximadamente en la misma época.

El lobby ha existido desde que existen sociedades políticas organizadas. Desde que existe el poder político, los seres humanos, tanto individual como colectivamente han intentado influir en el proceso de toma de decisiones.
Lo que ha ido distinguiendo a las sociedades contemporáneas es, por un lado, el grado de profesionalidad con la que se ejerce el lobby, y por otro, el grado de transparencia que se exige a quienes lo practican. Ya son muchas las empresas que utilizan los servicios de lobby en su estrategia empresarial, aunque todavía son muchas las que tienen algún recelo. Ello conduce a que, con frecuencia, se llegue a obviar el uso del término con que se conoce internacionalmente, y se recurra a disfrazar la actividad con otros apelativos como relaciones institucionales o public affairs.
Para algunos teóricos la diferencia entre partido político y grupo de presión es que el primero tiene por objeto la conquista del poder, mientras que el segundo busca influir sobre quienes tienen el poder, utilizando siempre la persuasión, por ir más allá de la instrumentación disciplinara, siendo aplicable a cualquier persona que se valga de la razón para obtener su propósito de convencer.

Del lobbying se ha llegado a decir que es el quinto poder después del clásico cuarto poder de la prensa. Otros afirman que es un "gobierno invisible". También se ha apelado a la definición de "grupos de presión" (preassure groups) englobándose a todos los grupos que actúan sorbe la opinión y los poderes públicos sin que sean partidos políticos.

Por otro lado, se dice que Bruselas es la capital mundial del lobby, según varias organizaciones expertas en transparencia en asuntos públicos y no por la cantidad de grupos de presión que se concentran en esta ciudad (Washington todavía la supera en número), sino porque aquí operan desde la sombra y sin ningún tipo de control en su tarea de influir en las decisiones de las instituciones europeas. El número de lobbistas que trabaja en Bruselas supera ampliamente los 30,000 ciudadanos (El número exacto es todo un misterio porque hasta ahora no existe un registro único y completo en el que se encuentren inscritos todos los grupos de presión de Bruselas).

Es así que, para ejercer el lobbying se requiere conocimiento de los operadores, de la materia y del sector sobre el que se desea influir y su base de actividad es la transmisión inteligente y persuasiva de conocimientos específicos sobre un tema determinado. Basta para ello hacer entender al legislador o al funcionario los efectos perjudiciales que dicho instrumento legal está acarreando en determinado estamento de la comunidad.
El lobbying forma parte de la ciencia política desde el siglo XX e incluso separa entre grupo de interés, grupo de presión y lobbying, empleando roles diferenciados, con factores grupales de presión hacia relaciones demandante hacia sus intereses, así como contratación de servicios profesionales de presión como abogados o contadores para determinados asuntos como es el de hacer conocer los puntos de vista del grupo a los tomadores de decisiones políticas.

Las actividades concretas desplegadas por los lobbies son múltiples y diversas; van desde escribir cartas de presión y organizar encuentros, conferencias y manifestaciones, hasta desplegar actividades de investigación con el fin de influenciar los debates, pasando por reuniones a puertas cerradas y los conciliábulos con los responsables políticos.