BIOCOMBUSTIBLES ¿SOLUCION ENERGETICA?

Los biocombustibles tienen origen biológico y se obtienen de manera renovable a partir de restos orgánicos. Estos restos proceden habitualmente del azúcar, trigo, maíz o semillas oleaginosas.
Todos ellos reducen el volumen total de
CO2 que se emite en la atmósfera y se absorbe a medida que crecen y emiten prácticamente la misma cantidad que los combustibles convencionales cuando se queman, por lo que se produce un proceso de ciclo cerrado.
Sobre el
efecto invernadero, es claro que los vehículos son los primeros causantes de este efecto y ya que es muy difícil reducir su uso, los biocombustibles están siendo cada vez más utilizados, como alternativa de combustible.
Son a menudo mezclados con otros combustibles en pequeñas proporciones, casi a un 10%, proporcionando una reducción útil pero limitada de gases de efecto invernadero. En Europa y Estados Unidos, se ha implantado una legislación que exige a los proveedores mezclar biocombustibles hasta unos niveles determinados. Esta legislación ha sido copiada luego por muchos otros países que creen que estos combustibles ayudarán al mejoramiento del planeta a través de la reducción de gases que producen este devastador efecto.
Los países europeos, básicamente están empeñados en suplir sus sistemas energéticos basados en
combustibles fósiles por biocombustibles, pero su producción no les alcanza y han visto en ellos, la posibilidad de seguir manteniendo su estilo de vida, sin embargo, en este continente no existen tierras suficientes para la producción de biocombustible necesario.

Biodiesel:
Es un biocombustible que se fabrica a partir de cualquier grasa animal o aceites vegetales, que pueden ser usados o sin uso. Se suele utilizar girasol, canola, soja o jatropha, los cuáles, en algunos casos, son cultivados exclusivamente para producirlo. Se puede utilizar puro o mezclado con
gasoil en cualquier proporción en motores diesel. El principal productor de biodiesel en el mundo es Alemania, que concentra el 63% de la producción, seguido de Francia con el 17%, Estados Unidos con 10%, Italia con el 7% y Austria con 3%.
El sistema más habitual es la transformación de estos aceites a través de un proceso de trans-esterificación. De este modo, a partir de
alcohol metílico, hidróxido sódico (soda cáustica) y aceite vegetal se obtiene un éster que se puede utilizar directamente en un motor diesel sin modificar, obteniéndose glicerina como subproducto.

Bioetanol:
También llamado etanol de biomasa, es un alcohol que se obtiene a partir de maíz, sorgo, caña de azúcar o remolacha. Permite sustituir las gasolinas o naftas en cualquier proporción y que generan contaminación ambiental. Brasil es el principal productor de Bioetanol con 45% de la producción mundial, seguido de Estados Unidos con 44%, China con 6%, la Unión Europea con 3%, India con 1% y otros países con el restante 1%.
El bioetanol puede proceder del maíz como en los EEUU o de la caña de azúcar como el que se fabrica en Brasil. En este último país se ha venido utilizando el alcohol como combustible de automoción desde los años 60 aproximadamente.
La caña de azúcar, la remolacha o el maíz no son las únicas fuente de azúcar. Puede ser utilizada la
celulosa para obtenerse también ella. La celulosa es una larga cadena formada por eslabones de glucosa. De este modo, casi todo residuo vegetal será susceptible de ser transformado en azúcar y luego gracias a la fermentación por levaduras obtener el alcohol destilando el producto obtenido.
El bioetanol tiene claras ventajas: Es limpio y renovable, ayuda a reducir las emisiones de carbono y permite conservar las reservas de combustibles fósiles, es versátil y puede sustituir la gasolina en vehículos con motores adaptados.
Por otro lado, el bioetanol tiene un importante costo social: La propagación de los mono-combustibles de la producción de la alimentación humana. Para suplir las necesidades energéticas globales se necesitarán millones de hectáreas de tierras agrícolas

Biogas:
Resulta de la
fermentación de los desechos orgánicos. Este combustible es una alternativa más en la matriz energética.

Biomasa:
Esta fue la primera
fuente de energía que conoció la humanidad. La madera o incluso los excrementos secos son biocombustibles. Si se administra bien la madera de los bosques puede ser un recurso renovable, pero mal administrado puede convertirse en un desastre ecológico. De este modo se propuso la biomasa como fuente de energía. Biomasas pueden ser virutas o aserrín de madera, producto de la limpieza de bosques o incluso de su explotación racional.


En resumen, desde hace algunos años estamos oyendo hablar de los biocombustibles como el futuro de la humanidad cuando el petróleo se agote. La forma de hacerlo es, en la mayoría de los casos, cultivando alguna planta de alto rendimiento y dependiente del combustible que luego queramos obtener. Luego, llegado el momento, se cosecha toda esta masa verde y se somete a un proceso de transformación (Que también depende del tipo de combustible a obtener), del cual sale el combustible líquido, compatible en usos con los combustibles fósiles actuales, pero estamos absorbiendo partículas de
dióxido de carbono contaminantes del ambiente. Durante el proceso y posterior uso del mismo, quemándolo, cerramos el ciclo devolviendo el carbono a la atmósfera en forma de CO2. Con lo que, aparentemente, ni aumentan ni disminuyen la contaminación. Pero, hilando más fino, nos damos cuenta que no es así. Para cultivar estos pastos se utilizan abonos químicos (Derivados del petróleo), insecticidas y plaguicidas (También derivados de éste), maquinaria de cultivo (Tractores y cosechadoras) y combustibles fósiles para moverlas. Es decir, invertimos una cantidad de petróleo para crear una cantidad mayor de biocombustible. Esto es rentable a nivel energético, pues estamos convirtiendo la energía del sol en combustible. Pero lo que conseguimos al final es, simplemente, seguir destruyendo la tierra mientras mantenemos delante de nosotros la ilusión de que no lo hacemos, y de que podemos seguir así indefinidamente

Ahora, es claro que son renovables, pero no en la forma en la que se están produciendo. La afirmación exacta es que podemos producir biocombustibles en un terreno hasta que lo agotemos. Luego, podemos irnos una y otra vez a otro terreno, hasta que agotemos el planeta entero. Cualquier cultivo intensivo, ya sea para alimento o para biocombustible, que se haga sin respetar los ritmos de descanso de la tierra, provocará un agotamiento del terreno, la misma que no será capaz de producir nada más.